X Escuela de Pastoral con Jóvenes

Grupo de profesores del Instituto Veritas en sala

Los jóvenes necesitan ambientes llenos de fe

La X Escuela de Pastoral con Jóvenes, celebrada los días 19 y 20 de noviembre en La Salle Campus de Madrid, supuso un acicate en el ánimo renovador de los animadores en su aprendizaje de crear espacios creyentes con jóvenes. En ella participamos 200 animadores de jóvenes, con un variado grupo de la Institución Teresiana: militantes y animadores de Acit Joven, profesores de colegios de la Institución, miembros ACIT y de la Asociación Primaria.

El Movimiento Adsis ha venido celebrando desde hace 9 años la Escuela de Pastoral para sus miembros y colaboradores. El curso pasado sintieron la urgencia de dar un paso más, con la apertura de su Escuela de Pastoral con Jóvenes a otras instituciones ya fuese en la organización como en su desarrollo. Todo ello, con el fin de disponer de un marco común de enseñanza para agentes de pastoral. Fruto de este giro en la planificación de las iniciativas formativas, la Institución Teresiana-Acit Joven, La Salle, los Marianistas, la Congregación Romana de Santo Domingo y las comunidades Adsis reforzaron sus vínculos. La apertura y disposición a aunar esfuerzos y voluntades en un “trabajo en red” constituye una garantía para crear ambientes creyentes llenos de fe, que ayuden, a su vez, a los jóvenes a personalizar y crecer en su proceso.

La expresión “la unión hace la fuerza” adquiere pleno sentido hoy en día en su evangelización porque, como significó en el encuentro Pedro José Gómez Serrano, colaborador del Instituto Superior de Pastoral, “sólo podemos vivir y crecer como creyentes dentro de un clima social. Este clima social ha cambiado radicalmente en pocos años y ha traído unas condiciones diferentes para que los jóvenes accedan y personalicen su fe”.

En línea con el acento de coordinación de la Escuela de Pastoral, el nuevo escenario social comporta un cambio de mentalidad pastoral que “genere ‘oasis’ relacionales llenos de vida creyente. Estos ambientes, lejos de encarnarse como ghetto, han de aceptar vivir como minoría -débil y frágil, pero con capacidad transformadora, como la sal y la levadura-, inmersos en la cultura actual, siendo fermento y contraste contracultural desde el Evangelio”. Desde esta perspectiva, -agregó- “una de las tentaciones que podemos vivir en la Iglesia es la de realizar una ‘pastoral de invernadero’ que puede dar buenos resultados a corto plazo, pero que no prepara para la relación con la sociedad contemporánea”.

“La realidad ambiental que vive cada joven determina, en gran medida, su experiencia creyente. En una sociedad secularizada como la nuestra hacen falta ambientes creyentes que permitan configurar la fe de los jóvenes”, recalcó, a su vez, Alvaro Chordi, en su calidad de coordinador de la X Escuela de Pastoral con Jóvenes. Desde su experiencia se muestra convencido de la necesidad de “ambientes llenos de fe en el que los jóvenes sean protagonistas y constructores de ambientes creyentes desde sus propias claves culturales”.

Los objetivos tan sugerentes de este encuentro fueron: Escuchar el ambiente, conocer experiencias ambientales y compartir vivencias desde el ambiente con jóvenes.

Escuchar el ambiente

A partir de una ponencia de Pedro José Gómez Serrano del Instituto Superior de Pastoral de Madrid nos sumergimos en el análisis de la sociedad y descubrimos claves para acercarnos al ambiente de los jóvenes.

El ponente brindó una metáfora muy iluminadora. Consistía en construir ambientes donde crezcan “oasis”, para vivir la fe cristiana. Oasis abiertos a todos, donde fluyan experiencias para los que buscan, para los que van y vienen, porque necesitan recuperar fuerzas para volver a la vida donde el desierto, contexto que nos toca en este momento, se hace muy árido. Oasis donde la vida se centre en lo esencial: ir al manantial donde nace la fuente, ahondando en las raíces que dan consistencia y donde encuentras a hermanos que se apoyan mutuamente.

Las palabras de aliento de Pedro José Gómez en su intervención sirvieron de anticipo para un diálogo compartido con tres jóvenes quienes micrófono en mano le interpelaron con certezas e inquietudes. Así, Mercè Tous, militante de ACIT Joven, manifestó que existe una búsqueda espiritual en los jóvenes y por eso mismo, “vivimos un tiempo de oportunidad para presentar experiencias creyentes de calidad que destaquen lo esencial de la fe”. Además expresó que por la coyuntura socioeconómica la desesperanza anida en el corazón de los jóvenes y se contagia por las escasas posibilidades profesionales de futuro; sin embargo, hay lugar para la esperanza. Igual que el desánimo se contagia, nosotros debemos ayudar a contagiar esperanza. Juan Miguel Gálvez, de La Salle Joven, reforzó la necesidad de testigos con experiencia de Dios insertos en la vida cotidiana. Por último, Noemí Gorreti, de Adsis Joven, destacó la “necesidad de tener espacios donde hacer experiencia creyente, desde la que tener una relación cercana, amistosa y de confianza con Jesús, personalizada para cada joven”. Su palabra llena de limpieza, entusiasmo y compromiso alentaba, cuestionaba e invitaba a la esperanza.

Conocer experiencias ambientales

Inmaculada Sánchez, de la Congregación Romana de Santo Domingo, presentó el sábado por la tarde los catorce talleres en los que se compartió el conocimiento de diversos colectivos que generan ambientes juveniles con carácter permanente (centros juveniles, unidades pastorales, centros educativos, comunidades juveniles, comunidades virtuales, espacios de interioridad, albergues de peregrinos) o puntual (JMJ, iniciativas diocesanas o Pascuas Juveniles, entre otros). Los participantes extrajeron claves y herramientas metodológicas para el acompañamiento ambiental en sus propios lugares de origen.

A través de los talleres pudimos conocer diferentes iniciativas de varios grupos de iglesia. En estos espacios intercambiamos, nos enriquecimos y comenzó a latir la importancia y el deseo de hacer camino conjunto, trabajar en red en la pastoral con jóvenes para podernos ayudar y sostenernos en esta realidad que vivimos en el mundo y sobre todo en Europa.

Compartir vivencias desde el ambiente con jóvenes

El domingo por la mañana un joven, un animador de jóvenes y un facilitador institucional mostraron en un panel de comunicaciones algunas pistas prácticas para posibilitar la gestación de nuevos ambientes creyentes con jóvenes. La mesa fue coordinada por Raquel Osorno.

Pablo Sánchez, de ACIT Joven, destacó la importancia de tener un espacio en el que el joven sea el protagonista, y de que el animador le ayude a descubrir el potencial que tiene dentro, con un itinerario flexible y un grupo que acompañe.

Joan Balcells, miembro de las comunidades Adsis, subrayó la “necesidad de que los jóvenes generen ellos mismos su propio ambiente y no caer en la tentación de controlarlo todo”. Si es necesario, hay que dejar que los jóvenes se equivoquen. Resaltó la importancia del trabajo a largo plazo, no buscando resultados inmediatos sino propiciando ambientes flexibles, abiertos y plurales.

Nano Pardo, de La Salle, compartió la apuesta institucional que están realizando con los jóvenes en sus centros pastorales. Mostró la importancia de ofrecer itinerarios cortos y múltiples, elaborados y adaptados a las necesidades y sensibilidades de los jóvenes. Resaltó la importancia del trabajo en red, para compartir itinerarios juveniles con otras instituciones pastorales.

Con todas las aportaciones, la conclusión de la Escuela de Pastoral no pudo ser más evidente: la colaboración, remarcada en el deseo de “trabajo en red”, es más que necesaria en una apuesta por un modo nuevo de hacer pastoral a partir de alianzas pero, sobre todo, desde el protagonismo de los jóvenes. La eucaristía final, presidida por Gonzalo Espina -Moderador General del Movimiento Adsis– y dinamizada por La Salle, rubricó esta experiencia de comunión eclesial.

Desde esta perspectiva de red que fuimos construyendo nos dimos pistas de por donde caminar, teniendo siempre como protagonistas a los jóvenes. Compartimos nuestras búsquedas en los procesos de pastoral, la animación de grupos y el recorrido realizado por los jóvenes en los movimientos cristianos.

Para Mª Mar Rubio “ha sido un verdadero “oasis” participar en esta escuela de pastoral. Su frescura para continuar compartiendo la fe con los jóvenes se podía percibir. Un ambiente lleno de ilusión, de alegría, de creatividad… Donde la llamada a conectar con los lenguajes estéticos, lúdicos, artísticos, digitales con los que los jóvenes se comunican estuvo muy presente. Una convicción se arraigó en los participantes durante estos días, la necesidad y la oportunidad de volvernos a encontrar, de trabajar juntos, de construir una red para “ambientarnos” y ser generadores de experiencias significativas con los jóvenes. De fondo un icono nos acompañó. “Jesús dijo: dadles vosotros de comer… No tenemos más que cinco panes y dos peces… Comieron todos y se saciaron”. Ojalá sigamos en “el tiempo de los intentos y en la hora que nunca brilla” construyendo con los jóvenes un mundo lleno de oasis para todos.”

Iñaki Sarasúa, responsable de la pastoral marianista, subrayó al final del encuentro “el excelente espíritu –de alegría, humildad, confianza y esperanza en estos tiempos difíciles- que se respiraba a lo largo de todo el encuentro, signo claro de que el Espíritu está presente y activo en esta aventura apasionante que es la pastoral con jóvenes”.

Pilar Oñate destaca que “el hecho de que vayamos unidos diferentes asociaciones y grupos religiosos ha sido muy enriquecedor. También que la preparación se haya realizado con personas tan diferentes, que viven distintos carismas pero que en el fondo todos caminamos hacia la misma meta.” La experiencia de la Escuela de Pastoral le ha transformado en su modo de mirar y escuchar a sus alumnos: “Me ha llamado mucho la atención y me ha encantado, que siendo pastoral de jóvenes, tal como se ha llevado sirve perfectamente para todos los ámbitos en el que se mueven los jóvenes, es decir, perfectamente aplicable en la Universidad Pública y en los Institutos (cada cual tiene que plantearse cómo hacerlo, la pastoral no puede ser un momento concreto). (…) Esta vez  me ha resultado muy válido para todos los ámbitos. Creo que la conferencia marco ha sido fantástica e imprescindible para conseguir esto. A mí personalmente me ha “transformado” en cierto sentido. Me ha ayudado a percibir y constatar, a lo largo de esta semana, con más claridad, cómo mis alumnos quieren probar personalmente las cosas. Buscan “lo verdadero”, no la verdad, lo que comprueban por la propia experiencia que les vale, no los razonamientos, y he visto con más fuerza, que el acompañarles en esto me hace feliz, me plenifica y me permite la búsqueda de contactos y comunicación con ellos, aunque cada vez veo más claro el miedo que sienten de comunicar su interioridad y la falta de habilidades para ello. Esto me lleva a plantearme cómo crear espacios y modos dentro del aula en los que podamos juntos, crecer en un compartir, poco a poco, generando profundidad y permitiendo superar sus miedos.”

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